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¿Sientes que te esfuerzas con todo el power en la piscina pero no avanzas como quisieras? Tranquilo, es más común de lo que crees. Muchas veces, no se trata de meterle más fuerza, sino de pulir la técnica. En el nado crol, hay tres "detalles" que se repiten harto y que, sin que te des cuenta, te están poniendo el freno de mano. ¡Pero la buena noticia es que tienen solución y hoy te contamos cómo ponerte las pilas para corregirlos!
1. El ancla invisible: la cadera que se hunde
Si sientes que nadas "cuesta arriba" y tus piernas se van para el fondo, es muy probable que tu cadera esté actuando como un ancla. Esto genera una resistencia gigante que te obliga a gastar el doble de energía para avanzar. La causa más común es levantar demasiado la cabeza para mirar al frente en vez de al fondo de la piscina.
- La solución al tiro: Concéntrate en mantener tu cabeza alineada con la columna, como si un hilo tirara desde tu coronilla hacia el otro extremo de la piscina. Activa tu "core" (la zona abdominal y lumbar) para que funcione como un flotador natural que mantenga tus caderas y piernas en la superficie. ¡Verás cómo empiezas a deslizar mucho más fácil!
2. La brazada "fantasma": cuando los brazos solo saludan al agua
¿Tus brazos entran y salen del agua casi sin resistencia? Ojo, podrías estar haciendo una brazada que no "agarra" agua. Este es el clásico error de nadar con el codo bajo y la mano apuntando hacia el fondo. En vez de impulsarte, tu brazo simplemente se desliza sin tracción, perdiendo una fuerza increíble en cada ciclo.
- Cómo agarrar con ganas: El secreto es el famoso "codo alto" o "high elbow". Imagina que bajo el agua tienes que abrazar un barril gigante. Desde que tu mano entra al agua, mantén el codo más arriba que la mano y la muñeca. Así, tu antebrazo y mano se convierten en una gran paleta que empuja el agua hacia atrás y te dispara hacia adelante.
3. La patada de "lo comido por lo servido": más espuma que avance
Mover las piernas como si no hubiera un mañana puede parecer una buena idea, pero si lo haces de forma ineficiente, solo vas a crear un montón de espuma, gastar oxígeno y cansarte rápido. Una patada de "tijera" muy abierta o que nace desde la rodilla en vez de la cadera es el principal culpable. El objetivo de la patada en crol no es tanto la propulsión (esa es la pega de los brazos), sino la estabilización y el ritmo.
- El truco para una patada filete: Piensa en una patada corta, relajada y constante, que nazca desde la cadera, no desde la rodilla. Los pies deben estar sueltos, como si fueran aletas. No necesitas una potencia brutal, solo un batido fluido que mantenga tu cuerpo equilibrado y alineado mientras tus brazos hacen el trabajo pesado.
El agua no es tu enemiga, es tu compañera de baile. Corregir estos detalles no se trata de entrenar más duro, sino más inteligente. No intentes cambiarlo todo de una vez. La próxima vez que vayas a la piscina, elige solo uno de estos puntos y dedícale toda tu atención durante algunas series. Verás cómo, poco a poco, ese pequeño ajuste se convierte en un gran salto en tu rendimiento y disfrute en el agua.