Las severas demandas de energía física necesarias para completar una maratón (42,195 km) provocan niveles moderados a altos de daño muscular inducido por el ejercicio (EIMD). Esto da como resultado la liberación de componentes intramusculares en el torrente sanguíneo, como la creatina quinasa (CK) y la mioglobina (MYO).
Por otra parte, las necesidades de sangre y nutrientes en el músculo esquelético imponen un estrés significativo en el miocardio (EICS), los que se acrecientan con el ejercicio físico. Por esta razón, un grupo de investigadores españoles dirigidos por Juan Mielgo-Ayuso, se hicieron la siguiente pregunta;
¿Cómo la ingesta alimenticia una semana previa a una maratón podía influir en la respuesta muscular y cardíaca post carrera?.
Para el estudio realizado en la Rock’n’Roll Madrid Marathon de 2016, se tomaron a 69 corredores (varones) sanos y con por lo menos 5 años de experiencia en maratones. Los cuales siguieron distintos protocolos nutricionales (A excepción del día de la carrera, donde cada uno ingirió los alimentos que normalmente consumían para evitar interferir en las rutinas individuales pre carrera).
Así mismo se indicó a los participantes que realizaran ejercicio ligero (ejercicio aeróbico que no supere el 60% de la frecuencia cardíaca máxima) y que evitaran estrategias para aliviar el dolor (analgésicos, masajes manuales, hielo, etc.) tres días antes de la carrera. Además, se indicó a los participantes que evitaran cualquier fuente de estimulantes como la cafeína y el alcohol durante las 24 horas previas a la carrera. Finalmente, a los participantes no se les permitió usar ropa de compresión ni calcetines durante la carrera.
Los resultados obtenidos en este estudio sugieren que algunos grupos de alimentos consumidos en la semana previa a un maratón podrían afectar los biomarcadores de EIMD (Daño muscular inducido por el ejercicio) y EICS (Estrés cardiaco) al final de la carrera. Mientras que un mayor consumo de pescado, verduras y aceite de oliva durante la semana previa a una carrera maratón se asoció con valores más bajos de EIMD y EICS al final de la competencia, por otro lado un mayor consumo de carne, mantequilla y carnes grasas se asoció con valores más altos de estas variables.
Más detalladamente un 81.3% de la variabilidad de CK (creatina quinasa) post carrera venia asociada al consumo de carne, además que un 45.3% de la variabilidad de MYO (mioglobina) también se explica por la ingesta de carne.
Leyendo este estudio se puede concluir que la semana previa a una maratón es preferible el consumo de pescado en desmedro de carne como fuente de proteína, lo mismo aplica en cuanto al aceite de oliva con respecto a la mantequilla como fuente de grasa.
¿Y tú? ¿Cómo te estás alimentando previo a una carrera?
Por Jorge Orrego.
Head Coach Jot Training.
Magister en Alto Rendimiento Deportivo.
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